11.6.14

Notas sobre la coyuntura económica actual

Bruno Seminario
María Alejandra Zegarra

En un perceptivo ensayo publicado en El Comercio el 3 de junio, 2014, Roberto Abusada brinda la siguiente sugerencia a sus colegas economistas:

"¿Qué podemos decir entonces del crecimiento para todo el año? Sugiero a mis colegas hacer un esfuerzo de honestidad y abstenerse de revisar a la baja sus pronósticos mes a mes. Si ya cuentan con información más o menos certera sobre los principales determinantes del crecimiento que veremos a fin de año, digámoslo con franqueza y así, quizá, el Gobierno se anime a reaccionar sin perder el resto del año en complaciente inacción." 

Según Roberto Abusada, el análisis de la información disponible pone en evidencia la difícil situación en que se encuentra nuestra economía debido a "los patéticos eventos de la política nacional, el entorno internacional y las desaprensivas frases que de vez en cuando lanzan al aire nuestro presidente, la primera dama o algún desubicado ministro..."

En efecto, tanto el Banco Central, el Ministerio de Economía y Finanzas como las consultoras privadas pronosticaban a principio del año un crecimiento del 6% para el 2014, pero revisaron a la baja su pronóstico por la tendencia que exhibió el índice de producción. Según Roberto Abusada, esta revisión no es suficiente pues ignora desarrollos importantes, como el comportamiento de la inversión privada, la evolución de precios internacionales y la difícil coyuntura de la manufactura, especialmente ramas vinculadas a las exportaciones no tradicionales. Todos estos desarrollos, opina Abusada, pueden llevarnos a pensar que el mejor resultado que podría obtener el gobierno en el 2014 sería un crecimiento de 4.5%.

¿Cuáles son estas misteriosas tendencias que parecen preocuparle tanto a Roberto Abusada? En primer lugar, la tendencia que muestra el PIB cuando la ajustamos por variaciones estacionales parece indicar que una nueva recesión ha empezado en el Perú.

Gráfico 1. PIB desestacionalizado, marzo 2013-2014
(mensual, 1994=100)
Nota: Los valores desestacionalizados fueron obtenidos con el método X11 y las tendencias con un promedio de Henderson de 13 términos.

Como lo podemos comprobar analizando la figura, desde noviembre del año pasado este indicador muestra una tendencia persistente hacia el descenso. Aunque aún no se satisface la definición técnica de recesión que requiere que haya seis meses de descenso continuo, es probable que esta haya continuado en abril y mayo. Desde noviembre de 2013, el PIB desestacionalizado ha acumulado un descenso de 1.9%, equivalente a una tasa anual de -5.6%. Cuando eliminamos el ruido con una tendencia de largo plazo obtenemos un descenso acumulado de -0.4% y una variación anualizada igual a -1.3%. Si estas tendencias no logran revertirse en los próximos seis meses la tasa de crecimiento podría, por esta razón, ser negativa. 

La gran esperanza del gobierno se basa en el fuerte incremento que experimentaría el volumen exportado cuando entre en plena producción Toromocho. El gran problema es que este evento no ocurrirá hasta el cuarto trimestre del presente año. También el efecto positivo puede ser parcialmente cancelado por el descenso de la producción de oro y el impacto negativo que puede tener El Niño sobre la pesca y la agricultura.

La situación es aún más dramática cuando examinamos estadísticas más sensibles a la marcha del ciclo económico y que reflejan, con mayor precisión, la dinámica del sector moderno de la economía. La trayectoria de este indicador satisface la definición técnica de recesión porque muestra seis meses de descenso continuo. 

Gráfico 2. Índice de actividad económica del sector moderno de la economía peruana, marzo 2012-2014
(mensual, 1994=100, en logaritmos)

Según este indicador, la nueva recesión se habría iniciado en setiembre del año pasado, cuando alcanzó su nivel máximo. El descenso acumulado hasta marzo del índice desestacionalizado asciende a -4.7%. 

El Índice de Actividad Económica está compuesto por cuatro series: la producción industrial (manufactura, minería, electricidad y construcción), las ventas del sector no primario, el volumen del comercio exterior y el valor de los débitos bancarios (cheques canjeados en Lima). Agregamos estas series en un indicador único mediante una suma ponderada que otorga, a cada una de ellas, un peso inversamente proporcional a su variabilidad. 

El comportamiento reciente de este índice es bastante similar al observado en el 2009, cuando ocurrió la crisis internacional. En el gráfico 3 hemos dibujado la evolución actual de este índice (línea roja) con la que mostró este indicador a finales del 2008 (línea negra). Como podemos apreciar, el descenso de la producción es, incluso, más pronunciado. Cuando ocurrió la crisis financiera, el indicador alcanzó un pico en junio de 2008 y acumuló en los primeros seis meses un descenso de 4.1%. En la presente crisis, el pico se alcanzó en setiembre del 2013, y hasta marzo, el descenso acumulado ascendió a 4.7%. La crisis actual parece más intensa que la del 2008. 

Gráfico 3. Evolución del IAE durante la crisis del 2008 y la crisis actual

Una multiplicidad de factores produce esta crisis y su efecto se manifiesta con claridad cuando analizamos el comportamiento de la inversión y su composición. Como no existe una serie oficial que detalle el movimiento mensual de la inversión pública, confeccionamos un indicador compuesto por el PIB del sector construcción y las importaciones de bienes de capital. Este indicador, representado por la línea negra en el gráfico 4, alcanzó su punto máximo en junio de 2013 y desde esta fecha ha presentado un descenso de 2.1%. El descenso ocurre tres meses antes que el Índice de Actividad Económica del sector moderno. Ello sugiere que una de las causas de la nueva recesión puede ser la parálisis de la inversión. 

Gráfico 4. Índices de inversión desestacionalizados, 2007-2014
(mensual, enero=100)


Indicamos también en el gráfico el comportamiento de la inversión pública y privada. Como podemos apreciar, el gobierno no parece ser el responsable del comportamiento de la inversión. Por el contrario, en los últimos doce meses, la inversión pública ha contribuido a estabilizar el comportamiento de la tasa de acumulación. Mientras que la inversión privada alcanzó un máximo en mayo de 2013 y experimenta un descenso de 6.5% hasta marzo de este año, la inversión pública crece 22%. Lo que ocurre es que el peso del gobierno en el total de inversión pública es bastante reducido; en el 2007 ejecutó el 17.9% de la inversión total y en el 2013, el 22.1%.

Los factores que explican el descenso de la inversión privada parecen estar vinculados a desarrollos internacionales. La fecha del descenso ocurre poco después de la reversión en la tendencia de los precios internacionales. Para comprobar esto mostramos en el gráfico 6 comparamos la evolución de las exportaciones tradicionales y la inversión privada. 

Gráfico 5. Evolución de las exportaciones tradicionales y la inversión privada, 2008-2014
(mensual, enero 2008=100)

El valor de las exportaciones tradicionales alcanzó un máximo en junio de 2011 y desde entonces ha experimentado un descenso de 39.3%. Aunque este descenso ha sido más pausado que el que ocurrió en el 2008, su intensidad es mayor. Es clara la relación que existe entre las cotizaciones internacionales y la inversión pública. Los precios internacionales determinan el nivel de utilidad de las empresas mineras y el tamaño de los programas de reinversión. Cuando descienden, las utilidades disminuyen y la inversión tiende a contraerse. El otro factor que puede haber afectado la inversión privada es la salida de capitales que ocurrió a principios del año pasado, cuando las autoridades de Estados Unidos anunciaron el fin de su programa de estímulo monetario.


No hay comentarios:

Publicar un comentario