27.2.17

Tecnología y empleo: ¿peligros y retos?

Germán Alarco
(Diario Uno, 24/2/2017, p.9)

Un conjunto de expertos de la Universidad de Oxford y el área de investigación del Citibank elaboraron en 2016 un documento sobre los impactos de la automatización sobre el empleo. Se titula Technology at Work V2.0. No fue muy difundido. Se plantean diversos escenarios para el 2022, 2025 y 2030 de este fenómeno para las economías de la OCDE, y que obviamente impactarían en el Perú. Hay elementos positivos de la automatización, pero los problemas y retos son numerosos y están a la vista.

La automatización, del lado positivo, permitiría la creación de nuevos empleos tanto en los sectores vinculados al desarrollo y utilización de las nuevas tecnologías, en la economía verde (sector energético) y en el sector salud. Se estiman 9.5 millones de nuevos empleos en la Unión Europea hasta el 2025 y 4 millones en el sector salud. Por otra parte, se esperaría un aumento del tiempo libre para las actividades recreativas, aunque con diferencias significativas entre países ya que beneficiaría principalmente a los habitantes de las economías desarrolladas. También aumentaría la productividad, aunque esto no es un hecho evidente y de medición compleja. Sin embargo, los expertos señalan que el cambio tecnológico promovería un ambiente de baja inflación y consecuentemente las tasas de interés tenderían a permanecer bajas en el largo plazo.

En el informe se señala que el 47% de los empleos de EE.UU. son susceptibles de automatización y 57% en las economías de la OCDE. Asimismo, este análisis se ha extendido a otras economías con resultados llamativos: Argentina (65%), India (69%), China (77%), Tailandia (72%), Etiopía (85%), entre otros, que obligarían a que esas economías necesiten encontrar un nuevo patrón o camino hacia la prosperidad. Las ciudades, regiones y economías más diversificadas, donde se utilicen las habilidades sociales y creativas, exista mayor presencia de las artes, medios de comunicación, educación y cuidado de la salud tendrían menor riesgo de automatización. En EE.UU. ciudades como Boston y New York serían menos impactadas, mientras que Las Vegas o Fresno serían más afectadas.

Karl Marx formalizó el análisis para explicar esta tendencia en el capitalismo para intensificar la inversión en capital (con nuevas tecnologías) reduciendo el contenido de mano de obra por unidad de producto. Los efectos en términos de la generación de empleo son negativos y al mismo tiempo reducirían la participación de los salarios en el producto. De allí, la reconcentración del ingreso a favor del factor capital generaría problemas de demanda efectiva y menor crecimiento económico. Ante este panorama, no sólo hay que invertir más en educación, sino establecer una política fiscal redistributiva para evitar el futuro colapso laboral, económico, social y político.

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