27.6.17

MEF: ¿balance negativo?

Germán Alarco
(Diario Uno, 23/6/2017, p. 9)

En esta semana se produjo la salida del titular de MEF. Fue precipitada por el affaire suscitado con el impresentable Contralor General de la República, cuya renuncia o vacancia por falta grave muchos seguimos esperando. Es tiempo de iniciar la discusión sobre los elementos positivos y negativos de la gestión que termina. Fueron casi once meses en la conducción del ministerio. Hay algunos elementos positivos respecto de la gestión de los ministros de economía y finanzas anteriores, pero predominan los aspectos negativos y las omisiones.

En líneas generales el ministro saliente continuó la tradición neoliberal de quienes lo precedieron desde hace más de dos décadas atrás. Sin embargo, resaltó su mayor pragmatismo y menor ideologización respecto de los titulares de la administración de Humala. Por primera vez se reconoció que en circunstancias críticas se pueden mantener déficits fiscales (en una trayectoria convergente a su eliminación) y que existe un fondo de estabilización y recursos ahorrados por aprovechar. El anterior ministro desequilibró las finanzas públicas, pero explícitamente no hizo una defensa de esa política. Otras aportaciones interesantes fueron su respuesta rápida frente a los desastres naturales, entender la necesidad de reformular el sistema de inversión pública y el apoyo efectivo para lograr el financiamiento del proyecto de modernización de la refinería de Talara.

Los resultados en cuanto a producción y empleo no le fueron favorables. Sin embargo, efectivamente fueron muy influenciados por eventos como la detonación de los problemas de corrupción, los desastres naturales y el panorama externo. La tasa de crecimiento de la producción nacional enero-abril del 2017 fue 1.6% respecto del mismo periodo del año anterior. Si se le quita la minería, hidrocarburos y pesca, sería de menos de 1% anual. Asimismo, la última información del empleo en Lima refleja que 55,400 personas han dejado de ser adecuadamente empleadas a la par de un crecimiento de 103,500 subempleados.

Tampoco gestionó bien las finanzas públicas ya que el gasto de capital del gobierno general cayó en términos reales hasta mayo 1.1% respecto al mismo periodo del año anterior. La formación bruta de capital del gobierno central se redujo en 19.5% aunque aumentó las transferencias a las regiones. Ignoró al Ceplan, al planeamiento estratégico y la importancia de la priorización. No hizo frente a los lobbies, en particular por Chinchero; se opuso a la regulación de fusiones y adquisiciones y sus últimas normas sobre asociaciones públicas privadas dejaron puertas abiertas a la corrupción. La norma sobre repatriación de capitales y régimen especial de impuestos es sospechosa y permitió que se abandonara la política de diversificación productiva a a cargo del Produce. Varios errores y mucho tiempo desaprovechado.

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